A continuación te damos una serie de pautas para tener una vida saludable. Así te sentirás bien y no harás daño a tu cuerpo:
- Hay que comer cinco veces al día.
- No saltar ninguna de esas comidas, si lo hacemos lo que conseguimos es tener más hambre y más ansiedad en la comida siguiente.
- Tenemos que comer sentados, sin prisas y recomendable comer con gente.
- Debemos tener una alimentación variada.
- Hay que beber mínimo dos litros de agua al día (podemos beber también zumos, infusiones, etc.).
- Se realizará dieta solamente si es necesario, porque existe sobrepeso y siempre asesorado/a por un médico.
- Tenemos que realizar ejercicio físico, pero también hay que hacerlo de forma moderada.
- Nuestro objetivo a la hora de realizar deporte no debe ser adelgazar, sino divertirnos.
- No podemos obsesionarnos con alguna parte de nuestro cuerpo que no nos guste, hay que quererse tal como somos.
- No hay que buscar la perfección, es algo imposible. Debemos de tener metas realistas.
- No podemos controlar todo, hay cosas que no dependen de nosotr@s.
- Debemos de pensar antes de actuar, antes de tomar decisiones.
- Tenemos que ser conscientes de que tod@s tenemos límites, por lo que tendremos que tenerlo en cuenta a la hora de asumir responsabilidades.
- Los demás no son adivinos. Tenemos que expresar nuestros sentimientos y opiniones.
- Nuestra opinión es tan importante como la de los demás.
- Tener una opinión distinta no quiere decir que nos vayan a rechazar. Todos somos diferentes, todos tenemos puntos de vista distintos.
- Hay que tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotr@s.
- Hay que aprender a escuchar a los demás y a no imponer nuestras opiniones.
- Ser conscientes de que lo que los medios de comunicación muestran no es real. Las imágenes están manipuladas, no todo es perfecto.
- Hay que transmitir mensajes a la familia y al adolescente sobre las pautas que indirectamente protejan de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): alimentación saludable, realizar al menos una comida en casa con la Familia, facilitar la comunicación y mejorar la autoestima, evitar que las conversaciones familiares giren en torno a la alimentación y el aspecto físico, el peso o la forma de comer de los niños y niñas y adolescentes.
Ministerio de Sanidad (2009): Guía práctica clínica sobre TCA.
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